sábado, 3 de agosto de 2013

¿Por qué te dejé ir?

POR QUE TE DEJE IR?

Tonta, tonta, tonta, pese a mi empeño,
desapareciste sin saber quién era yo.
Y ahora un reto recibo del espejo:
“Tú la dejaste ir, viejo travieso!
Tú debiste seguirla, vivo o muerto,
y ahora estás envuelto en pergamino;
asesino del amor, galápago pesado
queriendo perseguirla en el cemento.
No va más, no va más, ¡Viejo, viejo!
Me volví de mi cueva y me miré otra vez,
Y detrás de mi rostro,  vi tus ojos,
que me llamaban con desesperación,
añejos, con el magma humedecido del espejo,
porque estabas detrás, con mi lamento,
comiendo con las manos el recuerdo.


     MAV. Miguel Angel Vergara,  14-7-2013.

¿POR QUÉ SEÑOR?

¿Por qué?      A Gustavo Vergara, 26-7-2013.

¿Por qué Señor quisiste ser tan bravo
en un día de sol y aparente alegría?
¿Quisiste demostrar lo que podías
llevándote de golpe, así, a Gustavo?
Pues si no te diste cuenta, te llevaste,
un ángel de los muchos que creaste.
Tal vez su apariencia distraída
fue tu error, perdón Señor, que te lo diga.
¿Pero es que no viste su bondad metida
en ese corazón que eliminaste?
Yo sé que es tu decisión quebrar la vida
sin dar razón, a veces, y Tú la tienes.
Si es así, te suplico yo –su Tío-
que su alma disfrute con tu encuentro
y lo tengas abrazado entre tus bienes.


     MAV. Miguel Angel Vergara.

CAMBIARON LOS CALIBRES

CAMBIARON LOS CALIBRES


Cambiaron los calibres de las pistolas santas.
Yo me metí un disparo con una veintidós.
Sentí que atravesaba mi corazón dolido,
Mas no morí y al rato, paseando por el puerto,
vi a mi novia rubia del brazo con un negro
que lucía la bala que a mi no me mató.
Entonces me di cuenta que cambiaron calibres,
Y que para sufrir, la verdad, soy experto.


                 Miguel Angel Vergara   5-2-2013

MI TIA FANTA

          MI TIA FANTA

Estoy ansioso por la llegada de este gran día,
porque con él vendrá volando, con alas de oro,
mi Tía Fanta, con su sonrisa llena de calma y de alegría.
Es de la S.I.A. o sea “Servicio de Inteligencia de la Argentina”.
La quiero tanto, como a una madre. Como si fuera
lo que quisiera tener conmigo toda la vida.
Porque con ella y con la S.I.A., cargo de estrellas,
música y flores, el cielo negro de mis poesías.
Ha estado en Asia, Africa, Europa y el Universo,
tomando notas de sus pasiones, de sus deseos y algarabías;
distribuyendo frutos y cielos, amor y gracia,
garbo y destellos de un futuro lleno de besos;
juegos alegres, paz y armonía entre los pueblos…
Y hoy llega Fanta, que es de la S.I.A., y yo la espero
para que siembre mi mente y mi alma de amor y sueños,
y de poesías con melodías y fanta-sías.


     MAV. Miguel Angel Vergara    -    20 – 7 – 2013.

Desilucion

          DESILUCIÓN.

Si el dolor proviene de sueños incumplidos
¡Ten cuidado! No juegues con la muerte,
que aunque su nombre rime con la suerte,
no es la suerte del que encontró el camino.

Me adelanto a decir que la inefable
no sirve para nada y a esta altura
la siento como a “cosa” despreciable
que se oculta, se asoma y disimula.


          Miguel A. Vergara,  3-3-2013.

ASEDIO

ASEDIO.

La persecución del animal del sueño
todas las noches me volvía loco.
No planté más ninguna flor.
No escribí más ningún poema.
La primavera pasaba como invierno,
Corriendo, corriendo. Y yo tapado, enfermo.
Con el animal del sueño siempre a mi lado.
Hambriento. Sucio. Negro.


         Miguel Arc. Vergara    -7-4-2013

ARTISTA

          ARTISTA.

“Ud. Ya es viejo”. Me dijo la joven
mientras yo la tenía de la mano
y le decía con franqueza pura:
Quisiera retenerte así, desnuda.

Me miró con ojos de sorpresa heridos.
“¡Pero mire Ud., si será atrevido.
Todavía pretende ver mi cuerpo
y no sé si está vivo o medio muerto!”

No quisiera quedarme con la duda,
y si ello a Ti también te acosa,
vayamos juntos a mirar las rosas,
verás como quieres tener una.

Y no querrás pimpollos; al florista
dirás: grande, con pétalos abiertos,
sin envolver, la quiero así, a la vista,
que yo le daré vida: Soy artista.


          MAV.Miguel Angel Vergara -  2-7-13.

350 caballos

350 CABALLOS

El dueño mismo se ocupó del perro,
entonces fuimos todos al entierro,
en la cancha.
A mí no me importó siquiera un punto,
aunque infringiera la ley de los difuntos,
que dice: “Nunca un muerto volverá del cementerio”
(Ver: “Ley de los difuntos”, T. XXXVII, pág. 13, art. 13).
Yo estaba en otro lado, con el concesionario,
a la luz de Sarmiento y Vélez Sarsfield,
con tinta, papel y pluma de ganso,
mientras mi novia filmaba el sentimiento
del público asesino que vivaba aquel diestro
jugador de pelota, y olvidaban al perro
que se largó a la tumba a acompañar al muerto.
¿Pero saben cual fue el mayor desmadre?
Que yo quería , feroz, comprar un Jaguar,
de 350 caballos, y a nadie le importaba.
A nadie le importaban el Jaguar y los caballos!
Todos querían el perro.
Y nadie se ocupaba de mí y mis animales…
Cómo si no valieran nada…
¿Qué iba a hacer?
Crispado, me recosté en la lancha;
y jugando, jugando, al fin la puse en marcha
y me estrellé de lleno, entre hierros y fuego
en la tumba del jugador y el perro.
      ¡Lógico. Dijo el médico! Hay que enterrarlo vivo,
si no, casi seguro, se hará pis en la cama.
       ¿Y el Jaguar?
Con el concesionario, se lo llevó su amada.


      MAV.Miguel Angel Vergara, 3-8-2013.