viernes, 7 de noviembre de 2008

La cruz y la espada

La cruz y la espada.

La paciencia es el mar que te ahoga.
Contienes las manos, los pies, las palabras.
Los labios se tuercen, los dientes rechinan.
La mente confusa anuda las vísceras.
Una palabrota es pala que cava
los cimientos fríos que la bestia jala
entre los instintos que ansían desgracias
y a la mansedumbre consideran tara.
El puño, los puños. Los pies. La patada.
Una mano al cielo, otra mano al suelo.
La esgrima del santo:la cruz y la espada.
El color acero con rojo en la daga.
¡Ah, pasión que pujas adentro del alma!
¿Quién te puso leyes, cárceles y jaulas?
¿Por qué obedecemos los mandos de otros
que mientras te matan proclaman la calma?
La lógica sufre la fuerte descarga
del principio clásico de contradicción.
Cedamos el paso a la furia en ascuas
y luego con garbo pidamos perdón.
Total hoy el crímen se comete al sol.
Ya no es necesario apagar la luz.
Y para esquivar la horda maldita
usar como el santo, la espada y la cruz.

MAV.Miguel Ängel Vergara. 7-11-08