viernes, 29 de abril de 2011

LLAMADO

LLAMADO


Llamo, llamo, llamo, sin respuesta alguna.
No hay nadie que atienda, ni mujer, ni hijos,
ni aparatos, timbres, ni amigos, ni nada.
Ni buenos vecinos, ni el perro, ni el santo,
ni el soplo del viento. Ya todos se han ido.

Ven por Dios Mamá. Tú enseguida estabas.
Yo decía ¡Madre! Y Tú me salvabas.
Y ahora me duele mucho más que antes;
Me duele de adentro, me duele en el alma.
Quiero tu regazo, llorar en tu falda,
hasta que se vaya de una vez la mala.
Nadie a quien le diga me entiende y me calma.
Todos se apresuran a contar su historia,
y la de Josefa, de Raquel, de Antonio;
como si sus suertes fueran testimonios
que curan o matan ¡Cosas del demonio!

Perdóname Madre si oiste mis gritos.
Voy a colgar el cuadro que a Tí te gustaba
y a escribir un poema o algunas palabras,
aunque sean tristes o locos caprichos,
que me hacen sentir tu voz y tu calma.

Miguel Angel Vergara -18-4-2011