TARDE
Si
Tarde fuera mi amiga
y se
acostara conmigo,
acariciarla
querría,
tarde y
sin ningún testigo.
Tarde
con su piel más pura;
con
todos sus dientes aunque
sean
gastados y la lengua,
blanca
de haberla pasado
por
cualquier parte
del
perro, el gato o el lastre
del
barco que se larga tarde.
Tarde
como ella, con sus finas manos
y sus
uñas limpias y sus trinos tarde
que
pronuncia ronca con su voz de sangre,
de la
viva rata que comió a la tarde
y se
pudre ahora
en su
estomaguito de leche y de frutas.
¡Oh,
Tarde querida!
¡Oh,
Luz, Primavera de amor y de selva,
y
gansos cansados de tanta tristeza!
Si
fueras mi amiga, quisiera acostarme
Para
oler tu carne y pasar la lengua
hasta
que no sea lengua y sólo sea el aire
del
ventilador de moderno enjambre
de
mosquitas dulces y de mariposas
que
cruzaron tarde por tus alas rosas
y tus
dientes lisos de de tanto mostrarlos,
con tu
aliento puro,
puro
como el aire,
tan
lleno de madre.
Te amo
Tarde, te amo.
Pero no
merezco
beber
de tu sangre.
MAV. 12-11-12