PERRO
MANSO
Dos
hombres me decían “Perro manso”,
hasta
que un día se me borró el color;
entonces
me decían “perro” solo.
No me
gustó y me los comí a los dos.
Estando
así, sereno, sobre el pasto,
Vino
una niña y me hizo una caricia.
¡A mí
nadie me toca! –le grité, nefasto-
También
me la comí y estaba una delicia.
Con el
último hueso me quedé dormido.
Dos o
tres tiros sentí que me tiraron,
Al
tiempo que los hombres se decían:
No
había más remedio; “ perro malo”.
No es
así como se cambian las ideas,
sin siquiera
poder pedir perdón.
Si los
hombres me hubieran observado,
se
hubieran dado cuenta que yo no era un perro
era un león..
Miguel Angel Vergara, 28-3-2013.
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