jueves, 16 de junio de 2011

TIBURONES

TIBURONES



No me lleves a ver los tiburones.
Me cuajan la sangre esos dientes dobles.
Con ellos el mar se transforma en hombres.

No me expliques cuáles son los que te atacan,
si algunos son blancos o azules, con rayas,
porque todo eso, enciende mis ansias.

Pienso en tiburones y siento en las piernas
un roce muy frio de hambre y espada
como de ladrones que asaltan con armas.

Prefiero ver aves, que vuelen y canten,
que revoloteen lejos de mi carne.
Y al fondo del mar arena brillante.

Si todos los hombres sintieran iguales,
se zambullirían a limpiar los mares
de esas singulares bestias aberrantes.

Monstruosos carnívoros, que huelen a sangre,
a sangre podrida que no tiene nombre.
Se comen entre ellos.¿Y son admirables?

O acaso somos tibios amigos del diablo,
y sin darnos cuenta vamos a admirarlo?
No me lleves, pues, a ver sus resabios.

Miguel Angel Vergara 5-6-2011.

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