FUEGO
¡Fuego,
fuego, fuego! Grita mi corazón
ahogándose
en memoria.
Debo
borrar la historia. Escribirla de nuevo.
¿Qué
hice yo? ¿A dónde fuiste Tú?
Lucero
ausente.
Como
estrella fugaz pasaste de repente
y me
quedé eligiendo qué deseo
iba a
pedir a Dios, cuando te fuiste.
¿Acaso
estás allí? ¿Estás en frente?
¿Por
qué te ocultas de mí, si a mí viniste?
Siempre
recuerdo tus ojos grandes, claros,
y el
requerimiento tembloroso de tus manos.
-Son
manos para dar lo que no alcanzas-
-me
dijiste: destreza, amor, templanza,
fuente
de juventud y de frescura,
que
quieres recuperar con tantas ansias,
que
llamas estrella fugaz a tu ternura-.
MAV.
Miguel Angel Vergara - 30-7-2013.