Voy mordiendo el anzuelo como un pez,
tentado por señuelos que otro engancha,
atractivos ardides que no sé
quién juega a que los muerda y me atrapa.
Se ocupa de mis actos y mi fe,
por más que mi pensar funde razones
de todo lo que es hoy y lo que fue
la historia con su dicha y sus horrores.
Pero veo la malla y los millones
de peces capturados en la red
que alguien se lleva sin saber a dónde
y todo huele a tiempo y a después.
¿Es que la vida es una estupidez?
¿Somos piezas de un juego que alguien pone,
y saca y pone de nuevo? ¿Un ajedrez
que juega un genio poderoso y torpe?
Ya no sé, ya lloré, ya supliqué
a ese Ser Superior que se supone
que todo puede y si estás con El
a un mundo fabuloso te traspone.
Tal vez allá preguntaré por qué
este curso travieso se antepone
y pasamos al otro como pez
estúpido alimento de otros dioses.
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Miguel Angel Vergara, noviembre de 2007..
MAV. noviembre de 2007
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