ZUMBA
QUE ZUMBA EL ZUMBIDO
Zumba
que zumba el zumbido
desde
mi primer vagido
que
emití al nacer, transido
porque
me dieron un chirlo
para
ver si estaba vivo.
Desde
entonces zumba que zumba el zumbido.
Lo oigo
despierto, lo oigo dormido,
se me
ha hecho carne, se me ha hecho ruido.
Ruido
vulgar de los que violan lo que es
debido,
sin
superarse con los sonidos
buscando
en libros de otros que han sido
víctimas
santas o pervertidos
que lo
han escrito y se han lucido
o han
sucumbido atravesados por los zumbidos,
solos,
cohibidos, desprestigiados por los sonidos
bien
aprendidos que, combinados, música han sido.
Los que
como ovejas los han seguido,
con los
sonidos más inquietantes, más encendidos,
tristes
o alegres, locos, fundidos, híbridos, idos,
soñando
sueños como gruñidos,
que al
fin dan miedo como gemidos,
que no
perduran y en el olvido
han
terminado perjudicando a los oídos
de los
que escuchan y han aprendido,
a
interpretar bien los sonidos
para el
placer de los sentidos.
Yo
estoy por eso muy dolorido, casi abatido,
por los
bramidos que, sin sentido
zumban
que zumban en mis oidos,
como
este poema que ya me tiene harto y perdido,
al
punto tal que lo termino, o me liquido,
aunque
me zumbe, después de muerto, cual silbo herido.
MAV.
Miguel Arc Vergara - 27-2-2013
1 comentario:
Hermoso
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