jueves, 7 de junio de 2007

Poesías



No veo más que hasta el televisor

No veo más que hasta el televisor: 2 metros.
No corro ni camino ligero. Para atrás.
Camino para atrás como el cangrejo.
No tengo aspiraciones ni a lo lejos.
Siento que esta lista mi finalidad
Dudo de ayer del hoy y del mañana.
Siempre me quedo atrás, adversidad
De tonto sin sentido y sin aliento.
Dolorido estoy de cuerpo y sentimiento,
Mudo e inmóvil como cosa fútil
Que sufre soledad, desgarramiento.
Siento turbia mi mente como ungida
De ánimo gris y olor a medicina.
Animo gris que piensa y que me dicta
hundido en el sillón conmigo adentro,
y el alma anda por allí perdida.

MAV. 17-3-07.



No lloro más

Veo la luna opaca bajo el agua,
un agua turbia de sabor genética
que me moja la forma y la materia,
me entumece a la vez que me perpleja
de haber perdido juventud y rabia;
esa rabia de empeño e ilusiones,
llena de truenos y rayos luminosos
que insinuaban el sol detrás del nervio.

Se me pasó la vida como el agua,
entre dedos abiertos a los sueños,
sueños que voy trocando ya en recuerdos
de lo que pudo ser y no fue nada.

Brutal se va la vida. En la ventana
veo como la noche invade la mañana.

¿Por qué llorar ahora? Ya es muy tarde.
Cuando la muerte ineludible llegue,
tal vez tenga la suerte que me lleve
como niño a llorar junto a mi madre.

MAV. Abril de 2007.



Tenía que pasar

Cuando la fuente de la doncella no quiera perder más agua, no habrá más enunciación ni el arte tendrá inspiración en misticismo alguno, entonces el amor desaparecerá como desaparece la vida en la escala de un recuerdo.
Yo no soy quién para mostrar mi vida pero el amor me obliga como un juego.
MAV. Junio 2007.
Ilustración: Los Testigos, Miguel A. Vergara

1 comentario:

R. C. Frenquelli dijo...

Apreciado Dr. Vergara:

He tomado su obra Los testigos para ilustrar un trabajo, tal como le conte el viernes. Lo puede visualizar en www.psicofisiologia.com.ar

Saludos,

Roberto C. Frenquelli