A MI ARGENTINA
Grábame
con tu sol, tu luna y tus estrellas,
tállame
con tus piedras, tus ríos y tus hielos
hasta
que quede firme mi identidad impresa
en tu
enclave imperial del sur de América.
Sólo
aspiro a brillar para Ti, mi Argentina,
porque
eres la maestra que desde el Aconcagua
te
convertiste en faro de la tierra y las aguas
con la
fuerza del sol, tus aires, hielo y pampa.
A Ti no
te apabullan las guerras o infortunios
son
como picaduras a un gigante fornido,
que
conserva su estampa, su poder y fortuna
contra
viento y marea; sólo aumentan su brillo.
¡Oh,
Argentina querida! Dulce mujer y madre,
que
alimentas al mundo sin requerir prosapia,
quiero
que cuando muera en tu tierra me guardes
con el
calor y el germen de tu alma inquebrantable.
MAV. 27-8-2012
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