viernes, 26 de abril de 2013

EL FARO


      EL FARO

Venían a mí aves y avecillas:
traían en el pico ramitas y piedras,
con el barro justo para que pegaran
ideas y rosas en lo alto del faro.
Las rosas cambiaron. También las ideas.
Pero el faro sigue altivo y guerrero
con su luz prendida que ilumina el agua del mar
en mis noches tristes, negras como el cielo
en que no veo barcos, ni oleajes, ni fuego,
de mis hijos niños, de mis hijos tiernos,
que se fueron lejos a mirar el mundo
por saber lo malo, por saber lo bueno.
Señor Capitán que navegas mucho
por la tierra, el mar y el aire profundos,
cuídalos atento; llénalos de asombro,
de ver oro y tiempo, costumbres y modos
de comportamiento y llenos de gracia aprendan
las notas sagradas de otros instrumentos.
Y has que cuando piensen en su  faro viejo,
sientan el cariño con que los espero.

                      Miguel Angel Vergara, 8-1-13.   

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