sábado, 25 de agosto de 2007

Propuesta

Necesito verte, suerte, muerte,
infierno sano.
Necesito que estés conmigo ahora
en este trance,
que no es nada raro.

Con una sola bala que atraviese
las cabezas bien juntas de los dos,
no podrán despegarnos del abrazo…
Y si no es una bala, que sean dos.

Si en el momento más crucial y justo,
nos besamos,
la sangre saldrá de nuestras bocas
y nos beberemos mutuamente,
como gemelos en el vientre,
como hermanos.
(En el vientre nada nos está vedado).

No hablemos de destino ni de angustias;
que si la muerte es fría, seca, nada
u otro mundo peor.
Vámonos a saber que me tortura
seguir mirándonos y a la deriva
pensar y sentir cosas distintas,
creyendo que creer es lo mejor.

El mañana voluptuoso se acabó.
Ese mañana que nos tiene enfermos
de ansiedad y de tedio, terminó.
Se acabó el pensamiento y la razón.
¡Qué importa si la flor se marchitó!

Lo único que importa ahora ¡con cuidado!
es que todo salga bien y que la muerte
no pueda separarnos nunca más.
Que nos entierren juntos, bien pegados,
con la sangre coagulada de los dos.

Yo estoy dispuesto vida, amor y suerte.
Estoy dispuesto y no es una expresión.
Es la fórmula más simple del encuentro,
de no perdernos en la desazón
de querer saber y no saberlo…
¿Qué es el amor, mujer, qué es el amor?
¿Por qué yo te amo así y tu a mi no?

MAV. 20-8-07.

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