miércoles, 12 de septiembre de 2007

La Guerra

LA GUERRA


¿Qué es la guerra? ¿Qué es esta ceremonia
cuya observancia el hombre no descuida?
¿Acaso la razón contradictoria
que dirige el misterio de la vida?

vive la muerte en esta paradoja,
que la muerte es vital que esté presente.
Las alegrías fluyen de congojas,
la conciencia esencial, de lo inconciente.

Es el calor febril del frío humano,
es la música atónica del verbo,
la irremediable enfermedad del sano,
el cielo azul del abismal infierno.

Es la soberbia ciega de la recua
que en espectral declive del camino,
convencida de ser sigue la recta
hacia el no ser fatal de su destino.

Es la interrogación de lo acertivo,
la ceguera total de la lectura,
la dilogía de lo relativo,
la médula espinal de la locura.

MAV. 1982.


LA GUERRA II

La cornamenta bélica se enreda
con su orgullo carmín formando cruces.
Es el mundo tribal de las ideas
que granizan horror y lo difunden.

La lluvia horizontal de armas parleras
que desgarra las hojas y los cuerpos,
hipnotiza la paz de la ribera
absorta ante el rugir de aquellos verbos.

Hay heces en la aurora, y en los juegos;
hay ansia en el crepúsculo quebrado
por la lánguida mística de ruegos,
Y hay corales, sí, corales vertebrados.

Corales que se arrastran y se aprestan
en la tierra social de gris y verde,
que se quiebra y se hunde, y en sus huellas
certifica el hedor del inconciente.

¡Luz! ¡Quién descubrir pudiera
tantas palpitaciones fenecidas
en un segundo. La naturaleza
de arbitrales neuronas encendidas!

Tanta especulación de ontología
a través de los siglos acuñada,
la ilumina el relámpago de un día
y resuelve un plumazo de metralla.

MAV. 1982.

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